Como siempre, vuelve a estar ambientada en Vigata, una pequeña (ficticia) ciudad de la costa sur de Sicilia, perteneciente a la también ficticia provincia de Montelusa, donde el comisario Montalbano debe resolver el crimen de un joven contable. Pronto verá que la trama principal versa sobre la corrupción en las obras públicas.
Camilleri, que tiene ya 92 añazos pero que sigue dando guerra ha conseguido crear un personaje ya reconocido a nivel mundial dentro de la novela policiaca. Él dice que Montalbano es un homenaje a Vázquez Montalbán, uno de sus idolos, que había creado antes al detective Pepe Carvalho. Ha conseguido que por ejemplo existan tours o rutas literarias de Montalbano en Sicilia y que la ciudad natal de Camilleri, Porto Empedocle, en 2003 agregara a su nombre oficial el de Vigata que es realmente la misma ciudad, reconocido por el mismo Camilleri.
Siempre he pensado que los escritores tienen la excusa perfecta, sus obras, para hablar de los temas que quieran. Pueden retratar como es este caso, retratar los problemas de la sociedad bajándolos a personajes, lugares o situaciones ficticios donde la imaginación del escritor es la reina. En este caso, el tema es la corrupción en las obras públicas, un tema muy actual y universal.
No cabe duda que la corrupción en cualquiera de sus formas es un gran problema. Las noticias hace años alertaron el alto coste que supone la corrupción en Italia y que parece que no tiene fin. A nada que rascamos, se puede comprobar por ejemplo en este paper de la revista Science Direct que hay obras de trenes con un sobrecoste de casi el 300% o de carreteras que superan el 500%. Es decir, verdaderas pirámides, pero no de las turísticas egipcias, sino pirámides de fango, de espeso barro en el que los corruptos se mueven que da miedo.
Pero la corrupción no es italiana. La hay en todo el mundo (hasta en el Vaticano, tan puros ellos). En el caso de España la hay, y mucha, por lo que el libro no nos será indiferente. De hecho la corrupción es uno de los tres principales problemas de España, o así al menos lo vemos los españoles (fuente CIS).
Cada vez tengo más claro que el hombre es corrupto en cuanto la sociedad le hace serlo, al final cuanta más corriente de corrupción hay en un lugar, más propenso serán aquellos que lleguen nuevo a ese lugar a ser corruptos, esto casi literal es algo que ya se atribuye al pensamiento de Jean-Jaques Rousseau en el siglo XVIII. Y precisamente por esto, no soy muy optimista en que se solucione a corto o medio plazo. No basta con cambiar a los corruptos por otros no corruptos, sino que todo pasa por transformar la sociedad entera para que la corrupción sea algo residual y sobre todo para que el corrupto se sienta que es el único corrupto del sistema y no se camufle entre tanto barro.
Volvamos al libro, que me pierdo.
Montalbano tendrá por misión meterse en ese fango, investigar y separar lo útil de lo inútil, detectar los sobrecostes para llegar al meollo de la cuestión. Una tarea nada sencilla, porque los corruptos son verdaderos expertos en esconder en el fango sus tesoros para ir aprovechándose de ellos poco a poco, o mucho a mucho porque alguno ni se corta.
Como toda la serie de Montalbano, esta nueva obra (en castellano, ya que la original en italiano es del año 2014) ha sido publicada por la editorial Salamandra, en este enlace tienes la ficha de todos los libros del escritor italiano por si quieres informarte del resto. Y aquí por si quieres comprarlo (enlace de afiliado a Amazon).
¿Estás dispuesto a meterte en el fango?